Conmemorar a los muertos

Existía en el derecho publico romano la “condenación de la memoria” o damnatio memoriae, por la cual, a su muerte, se borraba todo rastro de alguien cuya vida quería ser olvidaba por los vivos. Era el intento de convertir al muerto en algo así como una “no persona”. Se está produciendo durante la pandemia una variante siniestra de condenación de la memoria. Se quiere borrar (o no tener suficientemente presente, es lo mismo) no ya la vida de miles de ciudadanos, sino su muerte. La muerte de los padres considerada como enemiga del Estado, por sus máximos representantes. No hay palabras suficientemente elocuentes para definir la iniquidad que se encierra en esta ocultación.

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